Más de lo mismo

septiembre 12, 2006


Salí de mi habitación, al igual que todos los días,
caminé a la esquina, al igual que todos los días,
tome la misma locomoción, que tomo todos los días,
me bajé en el mismo lugar, en que me bajo todos los días.

Estuve haciendo el mismo trabajo, que hago todos los días,
almorcé en el mismo local, en que almuerzo todos los días,
me tomé el mismo café, en el mismo local, y volví al mismo trabajo,
conversé con las mismas personas, salí a la misma hora,
hice el mismo trayecto y me acosté igual que todos los días.

Ayer hice lo mismo que hice hoy.
Mañana haré lo mismo que hice hoy.
Hoy día hice lo mismo que hago todos los putos días.

Voy envejeciendo, el tiempo va pasando, las canas aumentan,
las arrugas avanzan, la tonicidad de la piel se pierde,
el dolor de espalda ya no cesa, lo inviernos son mas fríos,
la vista se hace más larga y la tos se hace persistente.

Mientras escribo estas líneas me duele la cabeza,
creo recordar que ayer también me dolía.
Mientras intento recordar un día distinto,
escribo estas líneas, que ya he escrito en mil días.

He recorrido mil kilómetros,
pero sólo diez he avanzado,
recorro cada mañana el mismo camino,
y por la noche vuelvo sobre mis pasos.

¿Tengo miedo de hacer algo distinto?
Puede ser ...
¿No puedo hacer algo distinto?
También puede ser ...

Me detengo un instante, leo lo que he escrito
y me parece igual de malo que lo que escribí ayer.
Me refriego, como muchas veces antes, mis ojos cansados,
miró el papel garabateado y a diferencia de otras veces,
no lo boto sino que lo guardo, no sé bien por qué.

Anoche soñé algo distinto ...

Acuático (...desde su misma pecera...)

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