El último olvido

marzo 02, 2008


Que el agua azul se despedace en olas tormentosas,
que las rocas se blanqueen con el dolor de los golpes,
que las nubes grises inunden la costa marchita,
y solo quede el negro aciago de la noche sin ti.

En noches como ésta, frente a este mar te tuve entre mis brazos
y ahora en la playa despedazada grito en jirones tu olvido,
se niega a ir el recuerdo, como lentos se desvanecen los rayos del sol
y en este vendaval descubro que el amor no tiene geografía.

Mi grito desesperado es ahogado por el bramar del viento,
las serpientes se introducen por las heridas de mi alma,
me muerden, me despedazan, la locura del recuerdo me destroza,
la espuma blanquecina amarillea sobre mi pelo revuelto.

Me sumerjo en las mil sensaciones de la demencia,
el agua ahoga los últimos gritos de la conciencia perdida,
recorre mis pulmones, mis venas, se mezcla con mi sangre,
ha llegado el momento del olvido, el último olvido.

Acuático