Un viejo libro

agosto 20, 2007




La duda me corroía,
la incertidumbre carcomía mi pensar y sentir,
por las noches las imágenes fantasmales vagaban por mi cuarto,
miraba el viejo y polvoriento libro, aquellas páginas que prometí no leer.

Miraba sus bordes tan carcomidos como mi existencia,
aquella tapa raída como mi humillación y manchada de todo lo vivido,
sus páginas amarillentas me llamaban a la falta infinita
de aquella que sabía me arrepentiría, sea cual fuere el resultado.

Nerviosamente, atolondradamente recorrí sus páginas
buscando un nombre, buscando algo que me confirmara la verdad,
las páginas comienzan a retardar su girar, el tiempo se congela
se acerca, quedan pocas páginas, …

Nada encontré, ni tan siquiera una mención,
nada existía, era todo una falacia.
Una lágrima cayó sobre la amarillenta hoja,
deshaciendo el papel, esparciendo la tinta.

En este rincón, hecho un ovillo duermo,
El libro entre mis manos, el mundo ya no existe.
Se ha convertido en una polvorienta página
que se deshace en una mentira.


Tal vez debería haberlo leído hace ya un par de años…


Acuático (… con un página amarillenta entre sus manos…)

Se vende

agosto 12, 2007




Se vende el agua, se vende el mar.
Que miren hoy la última puesta de sol
aquellos dos furtivos amantes.
Mañana deberán pagar.

Se vende el bien, se vende el mal.
Que importa si es uno u otro,
que importa la vida o la muerte.
Lo que elijas deberás pagar.

Se vende el sexo….
Bueno… en realidad se ha vendido desde siempre…

Se vende la amistad, se vende el amor.
Una larga fila de desdichados ermitaños
aprovechando la última promoción.
No quieren soledad, entonces deberán pagar.

Se vende lo invendible,
si no puedes comprarlo, endéudate,
si no puedes endeudarte, arriéndalo.
En cualquier caso, deberás pagar.

Compra la vida, compra la felicidad,
Como aquella desventurada
que aprovechó la promoción
y fue lo último que pudo comprar.



Acuático (con los bolsillos vacíos en su pecera)


¿Debiera?

agosto 05, 2007




¿Debiera en perfectas rimas describir mis sentimientos?
¿Utilizar una fastuosa terminología que grafique mi verdad?
¿Hacer uso de la concomitancia entre la retórica y la beldad?
¿Gráciles verbos que flameen mi exaltación?

Pero nada de eso ocurre.
Finalmente siempre escribo lo que primero me viene.
Escribo tristeza cuando estoy deprimido.
Escribo dolor cuando de mis ojos cae una lágrima.

¿Se puede escribir de otra forma?
¿Se puede llamar a la pobreza de una rimbombante manera?
¿Se puede adornar el dolor con palabras de salón?
¿O es sólo una falsa cortina de evasión?

Escribo asco cuando los valores no se respetan.
Escribo traición cuando una cara se da vuelta.
Una niña acompaña a sus hermanas menores,
un jergón cubre sus cuerpos pequeños.

Escribo injusticia cuando veo la opulencia.
Escribo desidia cuando veo la omisión.
¡La vida está ahí al frente carajo!
En esa sonrisa entumecida por el hambre y el dolor.



Acuático (... desde el lenguaje directo de su pecera ...)