Un viejo libro

agosto 20, 2007




La duda me corroía,
la incertidumbre carcomía mi pensar y sentir,
por las noches las imágenes fantasmales vagaban por mi cuarto,
miraba el viejo y polvoriento libro, aquellas páginas que prometí no leer.

Miraba sus bordes tan carcomidos como mi existencia,
aquella tapa raída como mi humillación y manchada de todo lo vivido,
sus páginas amarillentas me llamaban a la falta infinita
de aquella que sabía me arrepentiría, sea cual fuere el resultado.

Nerviosamente, atolondradamente recorrí sus páginas
buscando un nombre, buscando algo que me confirmara la verdad,
las páginas comienzan a retardar su girar, el tiempo se congela
se acerca, quedan pocas páginas, …

Nada encontré, ni tan siquiera una mención,
nada existía, era todo una falacia.
Una lágrima cayó sobre la amarillenta hoja,
deshaciendo el papel, esparciendo la tinta.

En este rincón, hecho un ovillo duermo,
El libro entre mis manos, el mundo ya no existe.
Se ha convertido en una polvorienta página
que se deshace en una mentira.


Tal vez debería haberlo leído hace ya un par de años…


Acuático (… con un página amarillenta entre sus manos…)

6 comentarios:

Auténtica o Valerie dijo...

Una página amarilla, llena de nada,
vacía de todo..

Por qué buscar en viejos libros aquello que sabes y que no es necesario esté reflejado..

Tu mundo es más que una página amarillenta de un libro viejo, mucho, mucho más.. es un libro construido del recuerdo en cepia que a medida que haz avanzado se dibuja en blanco y negro y termina en colores..

Tú eres el libro..
ese es el importante..
escríbelo y no busques en ajenos, lo que sólo está escrito en el tuyo...

Gracias por tu visita..

Esther dijo...

A mí me gusta creer que no todas las verdades las contienen los libros ni la humanidad ¿Cuándo no ha existido, por ejemplo, alguien al que por no opinar como la mayoría le han tachado de loco? A veces, son los locos los que tienen la razón y al cabo de un tiempo, la sociedad se da cuenta, lo descubre y ¡Oh! ¡Sorpresa!

No todas las verdades tienen por qué estar en los libros o tienen que ser lo que digan los demás. A mí me gusta creer que nosotros somos dueños de nuestras propias verdades y que así las podemos sentir, aunque otros no las sientan. Cada uno, podemos encontrar nuestra propia verdad, claro que también puede ser un error ( a éso se arriesga uno) pero, mientras no se demuestre lo contrario disfrutamos de la maravillosa sensación que surge al saborear una certeza.

Un saludito.

Anónimo dijo...

hace tiempo que no te leia, me gusto lo que escribiste por que a veces uno encuentra en algo que ya leyo, algo que se quedo pegado por ahi, detras de una coma (,) de un punto(.) de tras de un pero...
ojala sigas escribiendo con tanto sentimiento...
saludos para ti, cariños de parte mia Juanny

Insisto... dijo...

Hay cosas que no retomamos y cuando nos nace hacerlo, ya es muy tarde…los libros….los amores…las ganas…la juventud, no esa no, imposible volver a tenerla, pero retomemos la esencia y partamos de cero. Tal vez otro libro nos enseñe lo que no pudimos ver en este.
Un besito acuamannnnnn

mane dijo...

hola pescadito

primera vez que vengo a tu espacio y debo reconocer que me gusto mucho ... yo tengo algunos viejos libros que me dije que no leeria nunca, y ahi estan, acumulando polvo y seguiran ahi hasta que me sienta preparada para abrirlos ... creo que de eso se trata, hay que estar preparados para hacer las cosas, si uno se precipita no sirve de nada ... pero tampoco hay que dejar que se pase el momento

saludos

Princesa Dariak dijo...

Paginas ocres y razgadas no permiten reconocer grafologias ni signos resultan ser alimento del tiempo destruido por fantasmas... en ojos inundados de tristeza polvorienta.

Un abrazo de Luz