Un pequeño instante

Una luz repentina, una fracción de segundo,
la vida partida en dos, antes y después,
¿No viste esa luz? ¿El instante pasó sin decisión?
entonces la vida sigue su continuo, no existe antes ni después.

El ahora, que es el mismo ahora desde siempre.
El tren paró en la estación y se marchó.
No hubo pasajeros que lo abordaran esta vez.
La vacilación triunfó sobre la resolución.

Te prometo que intenté retenerlo,
que este instante mágico fuera eterno,
que se abrieran ante sus puertas paisajes nuevos,
herido he quedo tras ser arrollado por la infame máquina silente del tiempo.

Una grieta ha quedado en su lugar,
la estación es ahora un montón de escombros humeantes,
todavía se pueden ver las huellas fracturadas de su andar,
la razón ha pisoteado a la pasión.

Los pesados candados del velo que entorpece mi vista
vencen mi intento de mirar hacia el horizonte,
en busca de un nuevo convoy, una desesperanzada posibilidad.
El humo arranca una lágrima que enmohece el cerrojo.

Señales imperceptibles de un giro en la inmutabilidad,
un portal que se abre y se cierra, ante nosotros,
confundido con el trapicheo de sentimientos y pasiones que vienen y van,
desde el dintel la cortina ha caído…


Acuático (... intentando ver a través del óxido que inunda su pecera ...)