Frente al mar, atrás del mar, en el mismo mar

noviembre 28, 2006



La poesía se instaló frente al mar.
Tres pelícanos jugueteaban con las olas.
Frente al mar, atrás del mar, en el mismo mar.
Nadie se veía en esta tarde solitaria de primavera.

El sol arrebolaba el horizonte
en sus últimos juegos de colores.
Un viejo tronco carcomido por la sal,
estiraba sus emblanquecidos brazos
en un póstumo intento por reptar.

¿Hacia dónde?
                    Quizás hacia otros árboles…
                    Quizás buscando una nueva oportunidad…

¿Por qué?
                    Por el vivir, por el morir, quizás sólo por lo primero…
                    Por tu ausencia, por tu presencia, quizás sólo por lo primero…

¿Desde cuándo?
                    Desde siempre, la arena caliente le quema el vientre…
                    Desde siempre, la arena húmeda de la noche lo carcome…

¿Hasta cuándo?
                    Hasta que las olas salobres deshagan su última llaga…
                    Hasta que de mi pluma brote la última letra…

El viento golpea mi rostro con los corpúsculos de la tierra.
Mis labios resecos están cerrados. Mis ojos resecos están cerrados.
Escucho el mar, huelo el mar, siento el mar en mis pies helados.
Mi piel se descascara como la corteza de aquel tronco. Mi alma se deshoja.

Las escaras de mi alma se convierten en estas letras,
escritas frente al mar en donde te vi sumergirte la última vez.
Las gaviotas reclaman con rabia mi intromisión en su soledad.
Las olas mecen suavemente la espuma de tu recuerdo.


Acuático (… recordando el mar desde su pecera…)

2 comentarios:

indianala dijo...

Un viejo tronco reptando! es fabuloso...ademas..como este poema...no tiene comentario??...
Bah, no tenía. :)

Anónimo dijo...

Me emociono.
hermosa!! cargada de la pureza del amor.
ximeret