Es de noche, veo por mi ventana,
las luces de la gran ciudad titilan,
las volutas del humo de mi cigarro
se pierden en la contaminación.
Por la ventana entra el frío,
el frío aire de la noche,
una carretera se pierde a lo lejos,
se escucha una música distante.
Al final de las luces hay oscuridad,
al final de las luces el frío es mayor,
al final de las luces existe hambre,
al final de las luces existe mas gente.
El hambre se pierde en la oscuridad,
la miseria se pierde en el frío,
la pobreza está oculta allá en la periferia,
en la ciudad sólo se ve a migajas.
En la ciudad las luces y las autopistas,
toneladas de cemento y acero,
ocultando la vida, ocultando la verdad,
ocultando las lágrimas, ocultando el dolor.
El niño caminará mañana, con sus manos entumecidas,
a una escuela de madera carcomida por las termitas,
una camisa delgada y unos zapatos sin calcetines,
con los labios amoratados y en sus ojos el dolor.
Una madre estará esta noche, en la oscuridad,
dando calor con su cuerpo a sus hijos,
las marcas del frío en los huesos de su espalda,
con las mejillas demacradas y en sus ojos el dolor.
Un padre recorrerá temprano las calles,
afuera de las grandes casas con antejardines,
revisará los deshechos, las sobras, lo que aún sirve,
con el rostro curtido y en sus ojos el dolor.
Todo eso veo tras el humo de mi cigarro,
todo eso veo tras las luces de la gran ciudad,
todo eso veo tras el cemento y el acero,
todo eso veo tras las luces de los autos.
¿Es que acaso nadie mas lo ve?
¿Es que acaso todo está perdido?
...
Creo que hoy en mis ojos hay dolor.
Acuático (... con una lágrima en su pecera ...)
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